FORMATO PARA PROCESOS ACADÉMICOS |
RB
– 02 Versión:
01 Fecha: abril 2015 |
ÁREA |
SOCIALES |
GRADO |
10° |
PERIODO |
I y ll |
DOCENTE |
Juan José Agudelo A. |
GUIA |
N.º 6 y N.°7 |
Señor(a) Padre, Madre, acudiente: su
papel es fundamental en la estrategia de "Aprendizaje en casa". Le
solicitamos que desde su rol de cuidador realice las siguientes actividades que
son básicas:
-
Verifique que su hijo tiene acceso a la guía (física o virtual).
- Fije
un cronograma de estudio, siguiendo un horario de estudio flexible pero que se
realice con disciplina. Cree las condiciones en casa para que el estudio pueda
ser efectivo.
-
Verifique que su hijo haga devolución oportuna de las guías (física o
virtual).
- Si
es posible haga un acompañamiento de las actividades académicas.
-
Comuníquese respetuosa y oportunamente cuando tenga dificultades, a través del
blog o correo electrónico.
-
Recuerde que, en el tiempo prudente, recibirá respuesta.
INFORMACION
IMPOPORTANTE DE ESTA GUÍA. La
presente guía la vamos a utilizar para desarrollar el taller #6 y #7. En la
parte final de la guía van a encontrar la actividad que estará dividida en
dos partes, la primera parte será para el taller #6 y la segunda parte para
el taller #7. |
En un
contexto marcado por el fantasma de la seguridad, la política exterior
colombiana se ha desarrollado en los últimos años alrededor de tres temas que
han determinado el curso de las relaciones bilaterales con los países de la
región: la integración regional, el conflicto armado interno y la lucha contra
las drogas.
Sobre
la base de una lógica fundamentada en la guerra que los Estados Unidos
declararon al narcotráfico y al terrorismo y a la que Colombia
se ha sumado sin el más mínimo
cuestionamiento, se ha subordinado la integración regional a los intereses
norteamericanos y convertido los tratados de libre comercio en el objetivo
principal de su política exterior. Atrás quedaron los tiempos en los que la integración
con los países vecinos tenía como propósito sustituir las importaciones del
resto del mundo por la producción nacional y afianzar el intercambio
intrarregional entre economías autocentradas. Consecuente con la concepción
general de un mundo global animado por un proceso constituido principalmente
por aumentos considerables del comercio internacional, de las inversiones
directas en el extranjero realizadas por empresas multinacionales, de flujos de
capital a corto plazo y de intercambios tecnológicos, la agenda internacional
gira alrededor de la firma y ratificación de tratados de libre comercio,
principalmente con los Estados Unidos, el principal comprador y vendedor del
país.
Es
evidente que en términos de comercio, de flujos de capital o tecnológicos, la
mayor integración mundial incrementa los intercambios internacionales. En
efecto, en un escenario global, la construcción de espacios económicos
planetarios de gestión para la producción de bienes destinados al mercado
internacional, se encarna en la proliferación de redes de interdependencia. Sin
embargo, lo que no está tan claro es si la eliminación de barreras al comercio
y la libertad de circulación de capitales dificultan o no la acción de los
Estados y las relaciones entre los mismos, si fomenta una mayor cooperación
internacional o perjudica a los más débiles. En realidad, las redes de
interdependencia que se forman no son únicamente económicas e implican un
tejido que abarca temas como el medio ambiente y los derechos de propiedad e irradian
lazos políticos en los campos militares y de seguridad, así como en la
ejecución de políticas sociales.
En la
primera parte de este escrito se describen a grandes rasgos el contexto en el
que se diseña la política exterior de Colombia y los efectos de la
globalización económica en los Estados nacionales; en una segunda parte se hace
una presentación crítica de los tratados de libre comercio que ha negociado o
negocia Colombia con Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea; en una tercera
parte se estudia la posibilidad de nuevos escenarios, particularmente con la
Comunidad Suramericana de Naciones y a manera de conclusión se expondrán
algunas reflexiones sobre el tema.
El contexto
Los vertiginosos y profundos cambios que se han producido en
el orden internacional durante las últimas décadas y especialmente en el
sistema interamericano – caracterizado por la hegemonía de los Estados Unidos
(Smith 1999) – han significado una disminución de la capacidad política de los
Estados latinoamericanos y mermado la posibilidad de que la región se
constituya en un escenario político con expectativas comunes (Drekonja 2000).
La consolidación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el despegue
de MERCOSUR, el relativo éxito comercial internacional de un solitario Chile,
el fracaso de la CAN y el nacimiento de la Comunidad Suramericana de Naciones
revelan un panorama latinoamericano caracterizado por una heterogeneidad donde
los intereses nacionales son cada vez menos comunes.
Tras
dos décadas de reformas estructurales, las cifras del crecimiento económico se
han detenido en la región ante el desorden financiero que sacude al mundo y
pone de manifiesto que la raíz de la crisis es el derrumbe del orden económico
internacional, crisis que se ha manifestado bajo la forma de un colapso del
intercambio comercial a lo largo y ancho del mundo. El estancamiento económico
resalta las desigualdades entre los países en un escenario estructural pesimista
y deja al descubierto que los datos de desarrollo humano son desalentadores.
Según la CEPAL, las economías latinoamericanas lograron avances importantes en
términos macroeconómicos durante los últimos veinte años, no así en el ámbito
de la equidad dado el deterioro de los mercados laborales y, por ende, la
situación de los ingresos de la población. El resultado en el diseño y
aplicación de políticas exteriores ha sido que América Latina ha dejado de
existir como un todo concreto (Drekonja 2001). En realidad, puede hablarse de
tres modelos de desarrollo en el subcontinente: el que privilegia las
relaciones de mercado, próximo al paradigma neoliberal y que tiene como
principales exponentes a Colombia, Costa Rica, Panamá y Perú; el modelo que
pregona el socialismo del siglo XXI, liderado por Cuba y Venezuela y con el que
se identifican Ecuador, Nicaragua y Paraguay y un tercer modelo que busca
articular políticas sociales al mercado, representado por Brasil, Chile, El
Salvador, México, República Dominicana y Uruguay.
En
este escenario plural, la política colombiana desborda constantemente los
límites de un aparato institucional que no representa la diversidad regional,
étnica y cultural de la sociedad, que se levanta sobre formas clientelares,
patrimoniales y caudillistas de búsqueda de adhesión y legitimidad dando lugar
a una política exterior acomodada a una visión legalista de la realidad
internacional pero supeditada a liderazgos personalizados y a diplomacias
paralelas. Una política exterior que, a pesar – o a causa - de su
centralización y concentración, goza de un consenso general entre quienes
llevan las riendas del poder en el país. La existencia de una Comisión Asesora
de Relaciones Exteriores – no siempre consultada por los primeros mandatarios -
cuya función primordial es dar a conocer al presidente de la República si
cuenta con consensos en sus iniciativas en materia de política exterior y a la
que pertenecen por derecho propio los expresidentes y representantes del
Congreso, casi siempre provenientes de las comisiones segundas del Senado y
Cámara, permite evitar debates públicos sobre temas candentes.
Siendo
la política exterior asumida en la mayoría de los casos por un consenso
político, es difícil precisar qué iniciativas o gestiones pertenecen a un
partido. Sin embargo, al igual que las demás políticas estatales, la política
exterior colombiana no puede sobreponerse a la condición estructural de un
Estado fragmentado y de una sociedad marcada por dinámicas de exclusión, a lo
que se suma la falta de continuidad de las políticas trazadas por los distintos
presidentes, a veces proclives a una relación estrecha con los Estados Unidos
(política de respice polum) y otras a
una diversificación de la política exterior (respice similia) o a la predilección por diferentes áreas
geográficas. Recuérdese la intensa actividad desplegada en el Caribe durante
los gobiernos de Turbay y Gaviria, el protagonismo asumido por Colombia en el
Grupo de Río durante los gobiernos de Gaviria y Samper o la presidencia
colombiana de los No Alineados durante la presidencia de este último,
posiciones muy distantes del alineamiento con los Estados Unidos que ha asumido
el gobierno de Uribe.
En
cuanto al ámbito en el que se desenvuelve la política exterior, aunque el
fenómeno de la globalización ha encontrado tropiezos que se expresan en la
falta de acuerdo en el seno de la OMC para reducir las subvenciones agrícolas
que otorgan los países industrializados a sus campesinos o la tensión de
Estados Unidos y Europa frente a China que ha inundado los mercados con sus
textiles, por ejemplo, no parece que esas dificultades impliquen un freno a la
globalización. En un mundo cada día más interdependiente el retorno a cierres
proteccionistas de las economías nacionales tiene unos costos muy altos. Sin
embargo, no puede perderse de vista que la dinámica globalizadora plantea retos
muy fuertes a los Estados nacionales de la periferia. En efecto, debido a la
competencia fiscal, la globalización repercute en la capacidad recaudadora y
constituye una camisa de fuerza que resta toda flexibilidad a la política
cambiaria a la vez que tiende a desregular la economía y flexibiliza la
legislación laboral en aras del mantenimiento de la competitividad.
Al
contrario de lo que pregonan muchos defensores de la apertura de las economías,
la globalización per se no elimina
los fallos del mercado, sino que los internacionaliza. Por ello la intervención
pública también se ha convertido en internacional y se ha trasladado fuera de
los Estados, a organizaciones supranacionales y organismos internacionales. En
consecuencia, podría pensarse que en este contexto el derecho internacional y
la cooperación internacional adquieren más importancia ya que es en el ámbito
supranacional donde la regulación y el control públicos resultan efectivos. Sin
embargo, la experiencia enseña lo contrario. Las organizaciones internacionales
presentan en bastantes ocasiones una estructura de poder con influencia
desproporcionada de algunos de sus miembros lo que lleva a su fragmentación.
Es
evidente que la cooperación permite obtener ventajas netas de la acción
colectiva y que estas ventajas explican la existencia de actividades públicas
supranacionales, como también lo es que una economía globalizada no podría
funcionar sin que se cumpla el derecho internacional. El problema radica en que
no siempre el derecho es equitativo como tampoco los son los tratados de libre
comercio que acuerdan algunos países para establecer reglas y normas para el
libre intercambio de bienes y servicios.
Al
margen de situaciones específicas que toca analizar caso por caso, los hechos
demuestran que el comercio y la ayuda internacionales siguen un curso
ascendente lo que ha llevado a plantear la pregunta de hasta dónde la
integración económica mundial vulnera la soberanía de los Estados. Esclarecer
el tema obliga a tomar en cuenta muchas variables, pero de forma liminar puede
plantearse que ante la utopía de un federalismo global que coordine y
contrarreste las acciones de los Estados nacionales y el altísimo costo
económico del aislamiento nacional, la única solución viable es aprender a
vivir con las restricciones que plantea la globalización a los Estados cuya
capacidad de actuarse ve reducida, lo cual no siempre es negativo. Por ejemplo,
existe un acuerdo general en la profesión económica de que la disciplina
financiera de los Estados favorece el logro de la confianza de los mercados
financieros o la atracción de inversiones directas. Del mismo modo cobran
importancia las regulaciones internacionales referidas al equilibrio ecológico
o al libre acceso a recursos como la pesca.
El
elemento primario de la globalización es la defensa del libre comercio
internacional y en este terreno la OMC es la organización fundamental en el
logro de propuestas multilaterales. No obstante, muchos países apuestan todavía
por la relación bilateral en el comercio. De especial interés en este campo son
los efectos sobre el libre comercio mundial del desarrollo de agrupaciones
regionales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la
Cooperación de Asia y el Pacífico, MERCOSUR o la Unión Europea, que facilitan
el comercio dentro de sus áreas geográficas, pero pueden constituir un
obstáculo al proceso globalizador cuando entorpecen la difusión del conocimiento.
La
regionalización sirve para que los países integrantes de un bloque regional
logren un mejor control económico de sus propios intereses frente a la
globalización y supone una forma de protección de esas economías frente al
resto del mundo. Un elemento central de este asunto es la protección de los
derechos de propiedad intelectual que otorga al propietario de los derechos una
situación de monopolio durante un lapso más o menos dilatado según los diversos
países. Esta situación que parece correcta como mecanismo de fomento a la
innovación puede derivar en una protección excesiva lo que plantea aspectos
éticos en algunos casos, particularmente en el ámbito de la industria
farmacéutica. De allí que se discuta si las rentas monopolistas de la propiedad
intelectual deben alcanzar el mismo nivel de extensión en todas las áreas
geográficas y hacerse extensibles a todos los derechos de propiedad
intelectual.
Es
cierto también que el regionalismo aumenta los intercambios en el seno del
bloque y que facilita la armonización supranacional de políticas cuando de
países homogéneos y semejantes se trata lo que permite negociar con el resto
del mundo con más poder y menores costos de lo que lograría cada país
independientemente. El paradigma en este tema es la Unión Europea cuya
evolución sirve de referencia a otros grupos regionales. No obstante, dado que
el punto nodal de este proceso es el mantenimiento compartido de la soberanía,
asunto que conduce en el tiempo, no sin tropiezos, a un modelo de mayor
integración política que el esquema de cooperación intergubernamental, el
problema se plantea cuando la integración se lleva a cabo entre actores muy
desiguales, sobre todo cuando los mercados internacionales actúan con su propia
lógica, fundada en el beneficio económico, sin contar con la legitimidad que la
sociedad civil constituida políticamente otorga al Estado, máxime cuando las
empresas multinacionales disponen de un poder económico superior al de los
Estados.
- Rubén Sánchez David, es Profesor Investigador de las
Facultades de Ciencia
Política
y Gobierno y de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario
Fuente:
Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 169, Corporación Viva la
Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org
EJERCICIO
EVALUATIVO
A
partir de la lectura del texto anterior desarrolla la guía que se te presenta a
continuación.
1. Plantea 10 ideas principales que a tu juicio den
cuenta de lo abordado por el texto.
2. Con las 10 ideas principales elaborar un mapa
conceptual que muestre la situación de Colombia en el contexto latinoamericano.
Taller
guía #7 (esta actividad se entrega para dentro de 15 días como guía #7)
3. Responde las siguientes preguntas, teniendo como
referencia lo explicado por el autor.
3.1 A qué se refiere el autor cuando afirma: “Los
vertiginosos y profundos cambios que se han producido en el orden internacional
durante las últimas décadas y especialmente en el sistema interamericano –
caracterizado por la hegemonía de los Estados Unidos (Smith 1999) – han
significado una disminución de la capacidad política de los Estados
latinoamericanos y mermado la posibilidad de que la región se constituya en un
escenario político con expectativas comunes (Drekonja 2000).”
3.2 Desde la perspectiva del autor ¿Cuáles son las
principales dificultades que revista la manera como se ha tratado la política
internacional en nuestro país?
3.3 Que sugiere el autor cuando explica: “…por ello la
intervención pública también se ha convertido en internacional y se ha
trasladado fuera de los Estados, a organizaciones supranacionales y organismos
internacionales. En consecuencia, podría pensarse que en este contexto el
derecho internacional y la cooperación internacional adquieren más importancia ya
que es en el ámbito supranacional donde la regulación y el control públicos
resultan efectivos.” Estás de acuerdo con dicha afirmación. Argumenta tu
respuesta.
3.4 Desde tu perspectiva ¿Cuáles son las grandes
problemáticas que afronta en la actualidad el Estado colombiano y por qué?
3.5 ¿Hasta qué punto procesos como la globalización
han contribuido o pueden contribuir a la resolución de dichas problemáticas?
Argumenta tu respuesta.
3. Elabora una conclusión final, con la cual se pueda
abordar lo trabajado por el texto.
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