miércoles, 25 de agosto de 2021

RECUPERACION POLÍTICA GRADO10°

 

RECUPERACIÓN

X

Habilitación

 

Guía #_ _ _

Evaluación de Periodo

Prom. Anticipada

 

ÁREA:  POLÍTICA

Grado:                    Grupos: 1, 2 Y 3

PERIODO: II                                     

FECHA:  

DOCENTE(S):  JUAN JOSÉ AGUDELO

NOMBRE DEL ESTUDIANTE:                                                                                         Grupo:

 

NOTA: ACLARACIONES: · Todos los puntos deben de presentarse en hojas de block tamaño carta, en el orden indicado y a mano. y letra legible. Taller que no se comprenda la letra no será tomado en cuenta. · Deben revisar bien la ortografía antes de entregarlos, pues esta se evaluará. · El trabajo debe presentarse con las normas básicas de ICONTEC. · Se realizará la SUSTENTACION ORAL Y ESCRITA

Como estrategia de apoyo para resolver situaciones pedagógicas pendientes y en aras del mejoramiento continuo, por favor desarrolle el presente taller:

 

A MODO DE INTRODUCCIÓN

 

La reflexión sobre la política es un fenómeno de difícil descripción. Quizás, lo anterior, se deba a la ambigüedad del mismo objeto de estudio o al carácter multívoco, polisémico y variable de un concepto que se ha tratado desde disciplinas distintas y desde antes de que se hablara de ciencia política. La ciencia de la política ha compartido objeto de estudio con la filosofía, la historia de las ideas, la sociología o el derecho.

Así, la política, como objeto de reflexión, se nos presenta como un término controvertido, a pesar de su familiaridad1 y uso cotidiano, lo cual no implica que quienes lo utilicen lo entiendan del mismo modo. Política, resulta, entonces, en un término multívoco, dotado de sentidos diferentes según el ámbito y el momento en que se emplea (Vallès, 2002), que nos supone más de un interrogante: ¿qué se entiende por política? Cuando hablamos de política, ¿de qué hablamos?

No obstante la existencia de definiciones clásicas2 que responden al interrogante, aparentemente simple, planteado, resulta cuando menos necesario responder a éste a partir de la diferenciación entre lo que es la política y lo que es el pensamiento sobre la política, que en términos de Roiz (1982: p. 13) sería la existencia o no de conciencia política. La distinción propuesta resulta pertinente si se estima, primero que la política es un fenómeno universal en el que la persona humana desarrolla actividades y establece relaciones que hacen que la política sea un término familiar, que responde a diferenciados sentidos y ámbitos de aplicación; y, luego, que la política está ligada a la misma condición humana y por lo tanto puede considerarse como una construcción mental.

Si partimos de lo último, la política no sería un concepto objetivable. Sería, más bien, una reflexión no de la política en sí, sino sobre la política, la conciencia política o el pensamiento político. Ahora, si nos atenemos a lo primero, la política como una forma específica de relación o actividad humana, política existió previamente a la Grecia clásica, es decir, antes del pensamiento platónico o aristotélico.

Según Sartori (1984), para los clásicos, en particular Aristóteles, el animal político era el equivalente al animal social, es decir, que el hombre se definía por vivir asociado, de forma colectiva o en comunidad, por lo que la política era algo consustancial a la misma naturaleza humana. Lo anterior, llevó a Sartori a señalar que no es Aristóteles el descubridor de la política -en tanto conciencia o reflexión política- sino que sería Maquiavelo, ya que es quien realmente autonomiza la política y la equipara al pensamiento y a la reflexión sobre la misma3.

De acuerdo con esta distinción, se ha establecido una diferencia entre el pensamiento político clásico y el pensamiento político moderno. Aristóteles identificaba a la política con el ejercicio del poder, sus modos de adquisición y utilización, su concentración y distribución, su origen y la legitimidad de su ejercicio. Esta definición en cuanto a poder, se enmarcaría en una de las corrientes a que se hizo referencia a pie de página. Las inquietudes en el pensamiento político clásico oscilaron entre la identificación de quién tiene el poder, cómo se ejerce y en el enjuiciamiento de su ejercicio. Por su parte, los análisis se centraron en una diversidad de asuntos: quiénes deben detentar el poder, qué medios son los adecuados para su obtención y mantenimiento, cuáles son los principios legitimadores para su ejercicio.

Si durante el pensamiento clásico el estudio de la política estaba estrechamente ligado a los argumentos de tipo ético y a la búsqueda del bien común, con Maquiavelo, por el contrario, la política se distingue de la moral y de la religión. Se inicia un proceso de gradual atomización, empezando a ser analizada desde perspectivas fundamentalmente técnicas. La reflexión política, a partir de Maquiavelo, pivota no sólo alrededor del concepto de poder, sino, sobre todo, en torno a la institución que posibilita su ejercicio: el Estado. La ambivalencia entre el poder y el Estado, será, en adelante, el centro de debate de las sucesivas reflexiones sobre la política4.

Desde los primeros intentos por definir la política, la preocupación por la polis y el estudio de la virtud, hasta la organización del Estado y, principalmente, su poder, se encuentra una constelación de definiciones que marcan la pauta de lo que es o "debe ser" el estudio riguroso de este hecho social (Mariñez Navarro, 2001: p. 13-14). Sin embargo, como se insinuó al comienzo de este artículo, definir "lo político", como objeto genérico de la ciencia política, es una tarea compleja que implica manejar un concepto habitual pero controvertido, incómodo (Vallès, 2002: p. 18) y paradójico (Heywood, 1994: p. 16). El problema de la política estriba en que el debate, la controversia y el desacuerdo son inherentes a la misma y que por lo tanto la definición de la política no resulta una excepción. No obstante, si queremos avanzar no podemos prescindir de acercarnos a la idea de la política.

En este sentido, con Del Águila (1997) podemos identificar dos grandes grupos de concepciones sobre la política: en primer lugar, la política en sentido cooperativo y, en segundo lugar, la política en sentido conflictivo. En el primer caso, la política sería la actividad a través de la cual los grupos humanos toman decisiones colectivas. En el segundo, inspirada en la concepción maquiavélica, también schmittiana, se entiende la política como una actividad de conflicto entre personas, grupos, intereses o visiones del mundo. Esta dualidad en la concepción de la política genera una distinción importante entre los dos conceptos centrales de la reflexión política: el concepto de poder, cercano a la última acepción de política y el concepto de legitimidad, más acorde con una concepción de la política que resalta sus aspectos consensuales. Es una forma distinta de aquella que define la política a partir de la inclusión, según la cual la política en sentido estricto y en sentido amplio se diferenciaría por el número de elementos, actividades y asuntos de interés público, produciéndose una identificación entre lo político y lo público. Según esta visión, la política comprendería tanto las actividades de cooperación como las de conflicto Leftwich (1984: pp. 64-65).

Como se puede observar, el poder, como componente central de la política, ha guiado la mayoría de las reflexiones en torno a ella. Desde Aristóteles hasta Maquiavelo, la relación que se establece entre los hombres, según la cual unos obedecen y otros mandan sigue seduciendo a estudiosos e investigadores, ya que esta relación no sólo, ni siempre, se basa en la fuerza o la violencia, sino que está vinculada con ideas, creencias y valores (Del Águila, 1997: p. 23). De este modo, lo político resultará aquel ámbito de lo social en que se producen relaciones de poder, esto es, relaciones de mando y obediencia, o bien se trata de aquel ámbito en el que se dirimen los conflictos entre los grupos sociales por los bienes colectivos. El concepto de política, desde esta perspectiva, está asociado con la existencia de conflictos sociales y de los intentos por sofocarlos o regularlos. Es decir, siguiendo a Vallès (2001), la finalidad de la política, como actividad y relación social, sería la de regular los conflictos, de un lado; y, tomar decisiones respecto a la misma, del otro. A los interrogantes clásicos de quién tiene el poder y cómo se ejerce, se les podría añadir el componente normativo, es decir, la idea de que el ejercicio del poder ha de enjuiciarse moralmente. Se trataría, entonces, de dar respuesta a las preguntas de sobre quién debería tener el poder y cómo debería ejercerlo.

 

Así, el pensamiento político moderno, desde Maquiavelo hasta Marx, se plantea como objeto del análisis político el Estado, vinculándose de alguna forma el origen de la ciencia política con la aparición del Estado moderno a partir del siglo XV. Siguiendo a Pasquino (1996: p. 17), si Maquiavelo y Hobbes se mostraban preocupados por la necesidad de crear un orden político a través del control del poder en el interior de unas fronteras bien definidas, en otros casos será el de la creación de un Estado pluralista (Locke), democrático (Tocqueville), fuerte (Hegel), como equilibrio de poderes (Montesquieu), instrumento de una clase social (Marx) o capaz de asegurar un compromiso entre las clases sociales (Kelsen). De este modo, a partir de una redefinición del concepto de política en términos del Estado, los estudios giraron en torno a problemas asociados a la construcción no sólo de las formas estatales sino de cuáles eran las principales características que éstas debían poseer. Más concretamente, del Estado-nación, como institución concentradora y ejercitadora de poder, con lo cual el estudio, o reflexión, política se expuso al dilema de convertirse en una ciencia del poder, entendido éste como ejercicio del Estado, o éste sería competencia exclusiva del estudio de la política (Mariñez Navarro, 2001: p. 14)5.

Finalmente, hoy, la política, como objeto de reflexión, desde una perspectiva dinámica se interesa más por los procesos políticos, en donde el Estado no ocupa un espacio tan destacado. La condición política (Heller & Fehér, 1998) tiene como premisa la aceptación de la pluralidad de culturas y discursos, razón por la cual el rechazo por el universalismo político es evidente. Esto implica que el Estado pierde protagonismo para cedérselo cada vez a la sociedad. Se hace necesario, entonces, una nueva concepción de la política y un replanteamiento de la teoría del Estado. Queda abierto el debate de la política, como objeto de reflexión en tiempos en que la controversia y los desafíos que imponen las mutaciones y cambios de todo orden le imponen a la disciplina en el contexto de la globalización.

En este orden de ideas, este artículo se fija como objetivo, a partir de una serie de apartados, promover el debate y la discusión acerca de la utilidad de la ciencia política como disciplina académica y profesional. Para el efecto, el trabajo se estructura en siete, breves apartados, seguidos de un, también, breve resumen conclusivo.

El primer apartado, "la ciencia de la política", aborda, de forma sugerente, la respuesta al interrogante ¿qué es la política? Respuesta que tiene una doble intencionalidad, como verá el lector. "El conocimiento científico y la ciencia política", en el segundo apartado, hace un recorrido por la historia de la ciencia política, para señalar que ésta, como disciplina contemporánea, ha estado signada por diversas escuelas y corrientes que desean adjudicarse las definiciones, funciones y paternidad de la disciplina. Las pretensiones van desde la autoría y sustento teórico hasta la vasta interpretación y análisis de los fenómenos sociales. Lo anterior produjo, hacia comienzos de la década de los sesenta, no pocas oleadas de confusión tanto de conceptos como de metodologías de la ciencia política. El tercer apartado, por su parte, se ocupa de responder al interrogante que otrora se formulara uno de los más influyentes politólogos del siglo XX, por lo menos de la España democrática y de América Latina, Cuando hablamos de ciencia política, ¿de qué hablamos?6. La respuesta a tal interrogante, tiene, del mismo modo, una clara intencionalidad: el de la claridad teórica y conceptual, frente a una disciplina que ha ganado su autonomía disciplinar frente a un variopinto de disciplinas que se abrogan la paternidad de la ciencia política, de un lado; y, del otro, consecuentemente, frenar, en alguna manera, el excesivo intrusismo del que es objeto la politología7. El cuarto apartado, se dedica a mostrar la utilidad académica y profesional de la ciencia política. Cabe afirmar, razonablemente, que la expansión e importancia de la ciencia política -en las universidades así como en función de sus conexiones con el proceso político- representa una ampliación y un desarrollo de la cultura política democrática en cualquier país. Del mismo modo, que la ciencia política resulta en un instrumento útil para el sistema democrático, debido a su aporte al estudio, compresión y conocimiento de la realidad política, a su crítica constructiva de lo que hacen o quieren hacer los políticos y a su función interpretativa que permite hacer comprensible la política para el ciudadano, permitiendo además comprender problemas que afectan a los países como es la pobreza, la contaminación del medio ambiente, el suministro energético y los conflictos, cuyo estudio y solución se encuentran entre las actividades prioritarias de los gobiernos, por tanto, puede sostenerse que la disciplina ya no es un lujo académico sino una necesidad social.

El quinto apartado, aborda y aproxima la metodología de la ciencia política. Allí, parafraseando a Gutiérrez (1997) y citando una frase de Howard Hunt, luego, nos acercamos al asunto de cómo enseñar ciencia política. Es decir, a cuál es el método o la forma para su enseñanza/aprendizaje. Se señala, de entrada, la ausencia de métodos únicos o totalizantes, pues antes que cerrar lo que se necesita es abrir. Tal afirmación se sustenta en la existencia, además del intrusismo, de cierto talante dogmático que bordea el unilateralismo al momento promover la enseñanza aprendizaje de la ciencia política como al momento de negar su utilidad, principalmente desde la ciencia jurídica. Equivocadamente, aún muchos juristas consideran que la ciencia política es igual al derecho. Nada más errado, cuando no dogmático. Principios y propósitos que orientan la formación politológica, orientan el siguiente apartado haciendo referencia a los propósitos y a los alcances de la formación en ciencia política, principalmente, a los principios filosóficos que orientan toda la actividad académica de la universidad, en general. Los propósitos y los alcances de la formación politológica, sin duda alguna, se enmarcan en principios y propósitos de carácter universal como la libertad, la igualdad, la justicia, la pluralidad, la ética, la heterogeneidad, la cientificidad y el profesionalismo.

Modelos, estrategias pedagógicas y contextos de aprendizaje, preceden el apartado reflexivo, que no conclusivo del artículo. Por supuesto que de nada serviría la revisión de las estructuras si no se reforman también las relaciones profesor-estudiante en el proceso de formación. Esa revisión estaría encaminada a lograr desarrollar en el estudiante competencias y habilidades para tener pensamiento lógico aplicable a asuntos prácticos, disponer de la capacidad para comunicar el pensamiento, para hablar y para escuchar, para leer y para escribir, para conversar con transparencia, tener idoneidad para formular juicios relevantes, lo cual exige capacidad de relacionar la teoría con la práctica, y capacidad para pasar de lo abstracto a lo concreto y poseer capacidad para discriminar valores, es decir, poder distinguir unos de otros, teniendo conciencia de los valores intelectuales, estéticos, religiosos, éticos, políticos, etc. También para interpretar, argumentar y proponer.

El artículo termina con algunas reflexiones a modo de conclusión, sin que estás sean definitivas, en las que se plantean los dos principales retos de la ciencia política contemporánea. La superación de dichos retos, contribuiría, espero, a su consolidación como disciplina y como profesión, en un espacio en el que la ciencia política es vista, sin serlo, como una disciplina pasarela   

 

DESARROLLO ACTIVIDAD: 

ELABORA UN MAPA MENTAL QUE EXPLIQUE EL TEXTO

ESCRIBE LAS DEFINICIONES DE POLÍTICA Y SU AUTOR

ELABORA UN GLOSARIO (OJO CON DEFINICIÓN) DE LAS PALABRAS QUE NO SEAN CLARAS PARA TI…MÍNIMO 30 PALABRAS

 

1.       Investiga que es una ideología y realiza un mapa conceptual sobre las diferentes ideologías elige con sus características.

2.       Realiza una historieta sobre el socialismo e investiga sus causas y consecuencias.

3.       Realiza un ensayo sobre el origen y las consecuencias del narcotráfico en Colombia.

4.       ¿Porque se le conoce al tráfico humano como la esclavitud del siglo XXI? Justifica esta afirmación en una hoja como mínimo.

5.       Escribe una historia para compartirla con el grupo donde relacione tráfico humano, Derechos Humanos y conflicto armado.

6.       Realice una historieta sobre los Derechos Humanos y justifique su secuencia.

7.       Investigue historia y tratados hasta hoy sobre Derechos Humanos.

8.       Investigue el origen del Derecho Internacional Humanitario y sus condiciones.

9.       ¿Las víctimas del conflicto armado internacional que derechos tienen en caso de guerra?

10.   Observa y lee noticias y documentales sobre actual conflicto mundial y realiza un ensayo sobre la condición de las victimas militares y civiles afectadas social, económica y políticamente.

 

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